¿Amistad de ayer, hoy y mañana?
Hola soy Héctor Cerulli, Socio/cofundador de Distribuidora VALHEC SL www.valhec.com (España) y de la marca italiana de moda Luigi Cerulli 1899 www.luigicerulli.com (Italia/España) y otras empresas más que ya no están.
Ayer
He tenido amigos allí por donde he vivido (infancia, barrios, ciudades, trabajos/empresas, colegio, secundaría, escuela mayor, servicio militar, socios (de empresas que he tenido) etc, etc, con los bolsillos tan flacos como los míos o muy holgados. Cuando digo he tenido no es metafórico o comentario, es la pura verdad. No sé qué me ha pasado o que nos ha pasado que ya no hay llamados (recíprocos), emails, WhatsApp ni nada.
Hoy
Mucho tiene que ver (imagino) a que soy una persona que digo todo lo que se elabora en la única neurona que poseo y sale inmediatamente por mi bocaza. Eso sé que a muchísima gente molesta y mucho (es más fructífero y de plástico ser hipócrita). Decir la verdad u opinión a muchos les molesta y a mí me trae sin cuidado. Es decir, en grupo de amistad si amerita, hablamos de política (por ejemplo, como de tantas otras cosas) y vomito lo que pienso, pero sin ofender a nadie y respetando (faltaba más) la opinión de cada una de los intervinientes. Estoy tremendamente convencido que se puede convivir con personas de diferente religión, orientación sexual y política sin tener problemas por ello, por lo menos eso hago e intento. Sin ir más lejos mi esposa y yo no coincidimos en absoluto en política (ella socialista y yo derecha), ella del Real Madrid, yo Atlético de Madrid, así en todo o casi todo y estamos juntos desde hace 30 años, diferimos, discutimos como adultos y nos respetamos lógicamente.
Mis más allegados de hoy día (antes grandes amigos) me llaman cuando algo les ha salido bien, como por ejemplo un aumento de sueldo en el trabajo, cambio de pareja, de coche, etc, etc, es decir que lo hacen solamente cuando han cambiado (para mejor) materialmente hablando. No es por nada, pero llamo muy poco por teléfono, pero cuando tengo ganas de hacerlo con “amigos” es para hablar y contarnos de la vida (últimamente solo es para las batallas ganadas de ellos) pero cuando quiero (después de contarme con pelos y señales sus logros) hablar algo mío (jamás lo hago cuando compro algo o cambio de coche o lo que sea que adquiero) me dicen que me tienen que cortar y luego me llamarán y lo hacen, pero cuando algo les ha salido bien (solo y únicamente). En cambio, cuando algo les salió torcido no comentan nada, que lástima (me entero igual por otros amigos en común), pero la amistad es en las buenas y en las malas, ¿no?).
Mañana
Creo que la amistad de hoy (seguramente hay excepciones) es virtual, que todo se cuenta a través de las putas redes sociales (postureo a la enésima potencia), digo putas ya que no me gusta insultar, ¿Se entiende no? En ocasiones he llamado a algún amigo, le hice «X» pregunta y respondieron, pero ¿No has visto mi Instagram o Facebook? Como digo en el título de la amistad sobrevalorada, creo que me quedo corto. Sé que habrá excepciones, ya lo sé, pero en mis tantos amigos y conocidos por diferentes ciudades y paises de diferentes continentes (si como lo leen de varios continentes) ya no me queda nadie en quien confiar y/o acudir.
Relaciones, noviazgos, matrimonio y amigos
Uno de los problemas que tenía (entre otros) con mis parejas y mi esposa (casi 30 años juntos) era sobre la cantidad de amigos que tenía por donde iba. No es que odiaban a mis amigos, es que cuando salía a comer, cenar, de vacaciones, cine, paseos, etc, etc a donde sea pueblo, ciudad, pais, siempre alguien encontraba, en la estación de autobuses, en la de trenes, metro, aeropuertos y en lugares inimaginables. De verdad tengo historias muy bonitas con amigos, compañero de escuela, secundaria, servicio militar, trabajos y conocidos eventuales de donde sea. Hoy tengo una congoja, no es tristeza, ya que sin ellos vivo, pero no es igual que antes. Me encantaba llamar algún amigo cuando su equipo de futbol perdía y sobre todo si era con el mío (lo mismo me hacían), o cuando lo/nos dejaba la novia/esposa, tomar cafés, cervezas, emborracharnos, reírnos y todas esas locas hermosas como nada en el mundo que se me ha muerto y no se resucitarle.
Creo que ya no hay vuelta atrás. Así que lo único que me queda es si hay personas que conservan la amistad, aunque sea de una sola persona que la conserven que es un tesoro híper valioso y ya no se encuentran.
La hipocresía y la envidia
De hoy día, creo, es la causa de la enemistad. Si alguien compra un coche nuevo, amigo o vecino, cuando los veo me voy a su coche y los felicito de corazón y de verdad. Me ha pasado que cuando he cambiado coche (sin avisar a nadie) vecinos y amigos pasar pegado a mí y saludarme de reojo jajaja, que imbéciles.
No tengo amigos ni en Balay
Para terminar, creo fielmente y muy seriamente en la amistad (hoy sobrevalorada a mi entender), aunque ya no tenga más de eso. Lamentablemente por mis errores o por decir las cosas y en la cara, (según mi mujer) he dejado de tener amigos. ¿Qué pena no?
Si alguien tiene algo que decirme o quiere que cuente y mi pequeño cerebro puede desarrollar, díganmelo, ¿vale?
Todo lo escrito es responsabilidad pura y única de Héctor Rubén Cerulli Socio cofundador de Distribuidora VALHEC SL y de la marca italiana de moda Luigi Cerulli 1899.
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